Todos pasamos por una o muchas negociaciones salariales a lo largo de nuestra carrera profesional. Probablemente este sea el tipo de negociación, junto a la hipoteca o alquiler, más importante para la mayoría de las personas en su vida privada. Las siguientes ideas van a darte una orientación sobre cómo negociar tu salario:
Planifica y prepara la mejora salarial
He tenido muchas personas en la mesa solicitando un aumento de salario. Diría que algunas veces no tienen claro el motivo por el cual piden un aumento de salario o bien no han elegido adecuadamente el momento para solicitarlo.
La planificación es muy importante a la hora de negociar un aumento de sueldo. Procura hacer un esfuerzo con mucha anticipación para aclarar contigo mismo:
- ¿Qué criterios claros y objetivos aplican a ese aumento que pido?
- ¿Qué margen de negociación es aceptable para mi?
- ¿Qué opciones no salariales puedo incluir en el acuerdo?
- ¿Qué momento es oportuno para hacerlo?
- Si mi empresa tuviera que prescindir de mi, ¿cómo de importante es para ellos y en qué manera les afecta realmente?
- ¿Qué personas están implicadas en esta decisión y en qué forma? ¿Qué puedo hacer para que estén a favor de este cambio?
Meses antes de abordar esta conversación debes repasar estas cuestiones mentalmente, incluso por escrito, para organizarlas y ser capaz de responderlas con claridad. Cuanto más clara tengas la situación, ¡es más probable que avances en este objetivo que te mereces!
Vales lo que aportas ahora
A veces asociamos los aumentos de salario a cosas equivocadas. Por ejemplo, estas tres ideas son errores habituales:
- Debo tener un salario mayor porque llevo más tiempo en la empresa.
- Voy a pedir un aumento por un trabajo que haré en adelante.
- Debo tener un salario mayor porque he adquirido un conjunto de nuevos conocimientos (por ejemplo, un máster).
La idea de la relación tiempo-salario es incorrecta porque el tiempo no refleja el valor que aportamos a las empresas. Quiero decir que no tiene una relación necesaria: simplemente hay personas que en poco tiempo pueden aportar un grado de valor importante a la empresa (que afecta a sus ingresos) y otra persona en un tiempo muy largo puede mantener el mismo grado de valor aportado con el que comenzó.
En este sentido, te propongo que no uses una idea débil como el tiempo por si mismo. Dale una vuelta y piensa en qué forma tú trabajo actual está impactando a los resultados y cómo estos resultados de la empresa han crecido conforme tú has asumido una actividad más importante. Céntrate en hechos como por ejemplo, el número de proyectos que gestionas ahora, o bien cómo esos proyectos han crecido en facturación. Quizás has aumentado el número de personas que gestionas o la cantidad de presupuesto que circula entre tus manos. Hay valores más objetivos que pueden relacionar tu actividad de hoy con el salario.
En muchas ocasiones he visto personas decir esta frase «Si quieren que haga más, que me paguen más». Obviamente tiene todo el sentido del mundo, pero desafortunadamente la realidad no funciona exactamente así.
La mayoría de las veces tu superior va a ponerte responsabilidades adicionales cuando todavía no se ha resuelto un aumento de cargo o de salario formalmente. Esto ocurre a veces incluso durante años. Salvo en contadas ocasiones, en el mercado laboral van a exigirte demostrar primero que puedes hacer una actividad bien y aguantar la carga antes de acceder al aumento de salario.
Quizás esta idea no parece justa, pero manejándola adecuadamente estarás más cerca de progresar en tu banda salarial. En general, es más fácil negociar un salario cuando ya la carga está asumida que desde un planteamiento que apunta al futuro: «Cambiemos mi cargo y el salario ahora y haré esto en el futuro».
Sobre los conocimientos, obviamente son importantes y debes adquirirlos continuamente. En cambio, en muchas profesiones un título no está relacionado directamente con tu capacidad de producir beneficios a la empresa. Ponlos en valor dentro de tu negociación pero no pongas el foco sobre eso. La mayoría de las personas que decidirán sobre tu aumento están más preocupadas por tener cierta seguridad acerca de los resultados presentes: que lo que realmente aportas ahora (por lo que has asumido ya o por tu capacidad demostrada de resolver ciertas tareas importantes) les produzca un beneficio cercano.
La relación con quien decide
La relación con las personas que deciden sobre el aumento es muy importante. A pesar de todo lo que hagas, todos estamos brutalmente afectados por las emociones. No culpes a los demás por esto, ¡es común en todos los humanos incluido tú mismo! 🙂
Si eres de los que tiene tensión constante con un superior mientras planeas un aumento salarial, solo tienes que ser consciente de que tus opciones se reducen muchísimo. Todas las personas del mundo se sienten más cómodas favoreciendo a otras con las que son afines emocionalmente.
No te molestes en lamentarte por esto, simplemente compréndelo y atiéndelo desde un punto de vista positivo.
No me malinterpretes… ¡el peloteo es espantoso! Solo quiero decir que trates de tener una relación adecuada y correcta, no hagas guerras innecesarias ni te dejes llevar por las emociones con tus compañeros incluidos tus superiores. Trata aquellos conflictos que sean realmente importantes con tranquilidad y con perspectiva.
Criterios objetivos
He hablado sobre algunos criterios que no son adecuados. No lo son porque no representan criterios objetivos relacionados directamente con tu importancia dentro de la empresa.
Cuando planifiques tu negociación, trata de pensar en hechos más objetivos que no dependan de tu opinión. Son criterios externos. Como por ejemplo los estudios salariales públicos sobre el mercado laboral en tu país.
Echa un ojo a los siguientes estudios de remuneración:
- https://guiasalarial.hays.es/
- https://www.walterspeople.es/estudio-remuneracion.html
- https://www.michaelpage.es/prensa-estudios/estudios/estudios-de-remuneracion
- https://www.robertwalters.es/estudio-remuneracion.html
En ocasiones, quizás tengas una diferencia demasiado grande sobre la media de salario con otras personas que tienen tu misma posición en tu sector. Siempre con cuidado y respeto, no tengas miedo de comentar esta información en la conversación: muestra tu conocimiento de la situación y desplaza la idea a un terreno separado de tu propia opinión.
El salario es solo una parte
Es posible que vayas solo con el dinero en la cabeza, y que no hayas pensado en otras opciones que pueden satisfacerte en su lugar. Anota qué otros factores podrían ser un objetivo y cómo podríais introducirlos en la fórmula:
- La dedicación (el tiempo)
- El tipo de tareas que se te asigna
- Un acuerdo parcial de teletrabajo
- Una subida en el futuro en base a unas condiciones pactadas ahora
- Tickets de comida
- Bonus fuera del salario base de acuerdo a unas condiciones pactadas
- Formación pagada por la empresa
- ¿Quizás el «título» de tu puesto de trabajo?
- etc.
Muchas veces las empresas simplemente no tienen la capacidad de aumentar el salario por diferentes motivos, pero quizás hay otros factores importantes para ti que sí pueden ser modificados. Piensa sobre ellos y valora en qué forma compensan al salario. Es posible que algunos factores podrían compensar esa diferencia que no consigues, o bien podrías llegar a un acuerdo parcial (una parte en salario y otra en condiciones que te interesan).
No te compares
En general, procura no hacer comparaciones de tu situación con la de otros compañeros de la empresa. Cada caso es un mundo y no conoces al detalle las conversaciones de otros empleados y cual fue su proceso para alcanzar el salario que disfrutan. Céntrate en tu caso y en conseguir un poder de negociación fuerte a través de tu propia aportación.
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